Quieras escucharlo o no convive dentro de ti. Ya sea por falta de tiempo —aunque yo diría mala gestión—, ya sea porque no has desarrollado la sensibilidad para escucharlo, ya sea porque crees que vivir con una venda en los ojos te permitirá ser más feliz, tu propósito estará toda la vida esperándote para cuando estés comprometido a seguirlo. Pero…
Qué es un propósito
Es una emoción, un sentimiento, un impulso. Es aquel motor que te mueve en una dirección y hace que sientas pasión, atracción y deseo por hacer unas cosas y no otras. Es el responsable de que ciertos contextos te resuenen y te estimulen.
Para qué sirve un propósito
Ésta es otra de esas cosas que si tuviéramos clara no dudaríamos un momento en pararnos a escuchar. La finalidad de tu propósito no es sólo expresar tu existencia de manera que te sientas realizado como individuo sino que va mucho más allá. El propósito tiene, como «propósito», aportar al mundo eso que tan sólo tú puedes ofrecer. Así que si no estás dispuesto a seguirlo tienes que saber que no sólo estás fallándote a ti mismo sino privando al mundo de tu obra.
Piénsalo bien, estamos en la era de las comunicaciones. El momento más claro de la humanidad en el cual lo más importante es compartir. Nunca antes estuvo tan claro que lo que más suma a uno mismo es lo que aporta valor a los demás. Y lo que definitivamente aporta más a uno y al mundo es hacer/dar lo que más te llena. Aquello que harías gratis o incluso pagando. Paradójicamente, cuando te dedicas lo suficiente a ello como para aportar valor, sucede al revés: la gente te paga para que sigas creando. Es sencillo de entender que la gente que se beneficia de tu propósito quiera premiarte para que puedas seguir disfrutando con lo que haces, puesto que es la mejor forma de que sigas aportando más y más valor.
Cómo descubrir tu propósito
Si has estado atento a todo lo dicho hasta el momento, habrás concluido por ti mismo que la forma de encontrar tu propósito es escuchando a tu «vocecita» interior. Siendo consciente de cómo resuenan tus sentimientos y emociones cuando haces tal o cual cosa. Pero siento decirte que eso no es suficiente. Por no decirte que es apenas el principio. Y hasta te digo que ése es el motivo por el cual el 98% de la población no es capaz de escuchar a su propósito interior. Y es que, como dijo Einstein:
El genio es 1% inspiración y 99% transpiración.
Albert Einstein
¿Qué quiero decir con esto? Dos cosas:
- Si siempre has sabido o intuyes qué es eso que te mueve deberás comprometerte con ello y perseverar.
- Si no tienes ni idea, no te queda otra que «probar» cosas al 100% de compromiso y no desistir hasta que estés seguro de que eso no es para ti. Y te sorprendería lo que puede llegar a fascinarte algo que, a priori, te parecía intragable. Así que imagínate con algo que, en principio, te llama la atención.
En cualquier caso, la vida es demasiado corta como para no lanzarse. Si no sabes por qué decidirte, ponte una fecha límite y hasta entonces prueba todo lo que te apetezca. Llegada esa fecha, decide una sola cosa y comprométete al 100%. Tranquilo, llevado el tiempo suficiente y con la inercia necesaria ya formará parte de ti y podrás pensar en ir añadiendo o esas otras cosas que quedaron en el tintero.
Si quieres seguir empapándote de los pilares que conforman tu Área de Influencia, continúa con los artículos Visión y Misión.
Soy Ray Havana, gracias por tu visita y que tomes excelentes decisiones.