José —desde Arica, Chile—, se puso en contacto conmigo a través del formulario de areadeinfluencia.com para decirme que tiene varias pasiones como la política, las artes marciales, la música, los idiomas y la cultura pero sin embargo no encuentra “el norte”. No encuentra…
El pilar fundamental del realizado
Como bien sabes, si una persona que busca realizarse no tiene claro el primero de los 5 pilares, el resto se desvanecerán tan fácilmente como lo hacen las esculturas de arena.
Y es que, «no conocer tu propósito» —primer pilar,
hace imposible «tener un plan» —segundo pilar,
y mucho menos «ir a por éste» —tercer pilar— para ejecutarlo.
«Disfrutar del proceso» —cuarto pilar— ya depende de la experiencia personal, pues existen casos en los que, sin aparente voluntad ni planificación, han encontrado su camino. Un ejemplo muy claro lo tenemos con Isasaweis. La verdad es que su ejemplo no tiene desperdicio. Podéis escuchar una entrevista muy interesante en el podcast de Víctor Martín con el que podréis entender muy bien de qué estoy hablando.
Nota: La entrevista empieza en el minuto 7:00
Ningún viento será bueno para quien no sabe a qué puerto se encamina. Cartas de Séneca a Lucilio.
Eso sí, si eres de los míos y no tener claro qué te apasiona va haciéndote gradualmente más difícil disfrutar de procesos que no parecen llevarte a ninguna parte, «dejar el mundo mejor de como lo encontraste» —quinto pilar— acabará haciéndose demasiado cuesta arriba y, a medida que crezca tu frustración, disfrutarás más destruyéndolo pues probablemente se convertirá en una muy apetecible vía de escape.
Para evitar tan triste desenlace, lo primero que debemos tener claro es que…
Encontrar tu propósito lleva su tiempo
Siento ser yo quien te ponga los pies en la tierra pero la vida —para bien y para mal— es una carrera de fondo.
Me ha llevado diez años tener éxito de la noche a la mañana. Woody Allen.
En mi opinión, hay dos factores que facilitan el fanatismo por la mentalidad del pelotazo. Ese «lo quiero para ayer»:
- Evolución.
- Cultura.
Mentalidad del pelotazo
Evolución
Me resulta fácil entender que nuestros ancestros tratasen de aplicar la ley del mínimo esfuerzo.
Estamos hablando de un medio paleolítico donde los recursos no sólo escaseaban sino que estaban muy competidos y, para poner las cosas más “fáciles”, nuestros competidores —depredadores de todo tipo— eran muy superiores físicamente.
Así que, si sumamos pocos recursos —baja energía— y feroz competitividad —dificultad muy alta—, es fácil concluir que…
No sobrevive la especie más fuerte ni la más sabia, sino la que mejor se adapta al cambio. Charles Darwin.
Cultural
Los expertos en marketing lo saben muy bien. La mejor forma de conseguir nuestra atención —y dinero— es apelando a lo que nos arrastra por naturaleza: nuestro sistema límbico —emociones.
De ahí que titulares como:
- «Pierde 10Kg en 10 días»
ó
- «Aprende inglés sin esfuerzo»,
sean muchos de los reclamos publicitarios, aunque seas consciente —racionalmente— de que hay muy pocas probabilidades de que eso suceda o, en el caso de que pase, sus efectos sean duraderos.
Si no lo sabes aún, debo decirte que unos cimientos sólidos no se construyen con prisas y con materiales de dudosa calidad —a menos que te dé igual que suban y bajen tan efímeramente como la espuma.
Así que, como primer consejo te diré que para entender esta parte de nuestra naturaleza lo primero que debes hacer es aceptarla, abrazarla y tomarla con cariño —en sus orígenes fue muy beneficiosa.
Y como el entorno ha evolucionado pero muchos de nuestros instintos se han quedado obsoletos, es nuestra obligación actualizarlos. Más que nada porque ha quedado bien demostrado que no lo van a hacer por sí solos —y mucho menos a la estrepitosa velocidad que sucede el cambio hoy en día.
Así que, cada vez que te sorprendas impulsivamente queriendo algo para «YA» sonríe, respira profundamente y deja que esa sensación recorra tu cuerpo —como lo que es— sin retenerla ni juzgarla hasta que se disipe. Porque no es más que eso: un impulso que hace tiempo que ha perdido su sentido.
Aclarado esto, prosigamos con…
La búsqueda de tu propósito
Ahora más que nunca, existe la creencia popular de que hemos nacido para hacer tal o cual cosa. Algo único, irrepetible y que nadie más puede hacer.
Permíteme de nuevo ser yo quien te diga que…
El ratoncito Pérez son los padres. El desilusionador.
O lo que es lo mismo, si no lo haces tú, tranquilo, antes o después lo hará otro… Y probablemente mejor de lo que lo ibas a hacer tú. Así que la mala noticia es que eres completamente prescindible. O para ser contundente: eres innecesario.
Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto. Henry Ford.
Tras haber oído mis palabras habrás tenido dos reacciones:
- Aceptación.
- Indignación.
Si eres de los que ha aceptado mis palabras… Mal empezamos. Me temo que tienes que trabajar mucho más tu autoestima.
Si eres de los indignados, te felicito. Al menos ya tienes la semilla del éxito plantada y tu trabajo no es más que regarla y darle los cuidados que requiere. Que no son pocos —el 99% restante— pero sus frutos bien merecen el esfuerzo.
Así que, apartándonos de preguntas incorrectamente formuladas como: «¿se nace o se hace?, permíteme profundizar un poco más para aclararlo.
Puede que desde pequeño hayas sabido siempre qué es lo que querías hacer «de mayor».
Si ése es tu caso, no sé que haces leyendo esto. Mi consejo es que dejes de perder tu tiempo y sigas empleándolo en eso que te apasiona —a menos que tu pasión sea seguir mis consejos, jejeje.
Sin embargo, si eres de los míos —personas que hemos probado de todo y hemos pasado gran parte de nuestra vida preguntándonos qué demonios queremos hacer en la vida— la respuesta, obviamente, sigue encontrándose en tu interior, pero no de la forma «happy flower» que imaginas.
Y es que existen dos formas de encontrar tu cometido:
- Encontrar lo que te apasiona y dedicarte a ello.
- Elegir algo que te llame la atención lo suficiente y dedicarte a ello hasta que te apasione.
Parece más bonita la opción «a», pero créeme: aún aquellos que encuentran «su pasión» pasarán por momentos en los que se arrepentirán de no haber elegido otra cosa.
Ante esa situación, mi forma de verlo es la siguiente:
No se trata más que de pruebas que te pone la vida para ver si es cierto que te apasiona tanto o que estás lo suficientemente comprometido —100%— como para no abandonar.
De esta manera, apelo a mi compromiso cuando la motivación se desvanece.
La opción «b» —elegir algo que en principio sólo te llame la atención— es bien distinta. No te queda otra que:
- Empezar comprometiéndote.
- No desistir hasta conseguir que acabe apasionándote.
Si no eres capaz de comprometerte, da igual lo que decidas hacer o si te apasiona más o menos: abandonarás.
Por otro lado, el compromiso está muy bien y es como un músculo: bien entrenado ayuda con todo. Pero limitarse únicamente a éste es como no hacer caso al refrán:
Más vale maña que fuerza. Refrán
Y es que no todo tiene que ser fuerza bruta —compromiso—, también tiene que haber maña —pasión.
Y la única forma de transformar tu compromiso en pasión es a través de los hábitos. Porque una vez te habitúas a un compromiso, deja de ser un esfuerzo para siempre. Siempre que lo mantengas, claro.
Aclarado esto, algo muy importante a tener en cuenta es…
La diferencia de acercamiento entre “la idea” —Visión— y “la ejecución” —Misión
Mientras que la Visión tiene que ser lo más inmensa posible, la Misión debe ser totalmente lo contrario: pasito a pasito.
¿Cómo fantaseo con mi Visión?
Lo primero…
Límites fuera.
Y lo digo con el doble sentido:
- ¡Límites fuera!
Trata de expulsar de ti todos los límites propios que tengas. Los reconocerás porque están sólo en tu mente. Te llevará su esfuerzo encontrarlos y, sobretodo, desecharlos. A medida que te vayas superando, tu autoconcepto te ayudará con ello. - Límites fuera.
Sí, los límites materiales existen. Más allá de los límites conceptuales que hayas asumido en el punto anterior, el entorno está lleno de límites y, de la misma manera que con nuestro crecimiento y nuestra mejora de autoestima —autoconcepto— las limitaciones mentales las iremos viendo más y más pequeñitas hasta desvanecerse, también sucederá con los límites externos a medida que nuestras habilidades y capacidades se materialicen en el plano de lo físico.
Claro, ¿y si tienes alguna minusvalía, Ray?
Como bien he dicho, las limitaciones externas existen. Así que por favor, mejoremos la calidad de nuestras preguntas y así mejorarán nuestras respuestas.
La pregunta correcta sería: ¿Cuánto me limita esa condición física?
No hay más que mirar ejemplos a nuestro alrededor para derrocar un poco esas limitaciones mentales que encierra semejante pregunta.
Desde Stephen Hawking pasando por Jason Becker —cuyas biografías recomiendo encarecidamente— podemos encontror ejemplos devastadores para esas limitaciones mentales.
Y si no, mira este vídeo:
Otra cuestión importante es…
El mito de la especialización
Veo que tienes muchas inquietudes y que todas ellas seguro que son fascinantes, ¿por qué no encontrar el nexo que las haga a todas útiles? La vida perfectamente puede ser multidisciplinar y, si bien es cierto que especializarse puede tener sus ventajas, ¿hasta qué punto lo es limitarse?
Te pondré un ejemplo muy visual:.
Imagínate que para ser un auténtico maestro en una disciplina debes emplear 10.000 horas en la materia. Y para ello tienes que emplear 10 años de tu vida, 3 horas diarias.
Supongamos que lo haces en una de tus pasiones —la política— y lo consigues.
¿Qué te asegura que vas a ser el mejor en ese campo?
Nada. Sólo tu pasión, determinación y compromiso te permitirán ejecutar tu plan pero el resultado externo depende de factores que están fuera de tu área de influencia.
Factores como:
- Personas con más facilidad de aprendizaje.
- Personas que dispongan de un mejor método de aprendizaje y les cundan más las horas.
- Personas que tenga otras habilidades sin necesaria relación con la disciplina en cuestión que, sin embargo, lo catapulten más rápido y, aún no estando tan preparado en ese específico campo, tengan una mayor repercusión en el medio —una mayor área de influencia— y se posicionen por delante tuyo.
Ahora —siguiendo el último de los ejemplos—, supongamos que con 5.000 horas no eres de lo mejor pero sí que se te puede considerar muy bueno. Entonces decides emplear 5.000 horas en política y las otras 5.000 en artes marciales. Curiosamente, podría suceder que el complemento de ambas —política: mental y artes marciales: física— haga que ambas se refuercen y acabes dando un mayor rendimiento gracias a la sinergia.
Iremos un poco más lejos:
Supongamos que con 3.333 horas se es lo suficientemente bueno como para formar a otros a un buen nivel y decides trabajar en 3 disciplinas. Por ejemplo: política, artes marciales y música.
No sólo podrías tener la capacidad formadora sino que también tienes la posibilidad de encontrar dónde confluyen todas ellas y “uniendo los puntos” desarrollar tu propia disciplina.
Aquí te dejo un ejemplo… sin importancia, ¡jajajaja! La experiencia de un tal Steve Jobs… Alguien que solamente ha revolucionado el mundo tal y como lo conocemos:
Conclusión
- No tengas prisa. Entiende que la solidez conlleva tiempo.
- Elige una pasión o en su defecto algo que te llame la atención y poténcialo. ¡Sólo una!
- Comprométete con ella. Necesitarás fuerza de voluntad al principio: ¡Mucha!
- Genera hábitos. La fuerza de voluntad no es infinita y hay que saber dosificarla.
- Cuando hayas alcanzado cierto nivel de maestría decide si quieres seguir especializándote —en cuyo caso vuelve al punto 3.
- Si prefieres potenciar una nueva especialización vuelve al punto 2. Eso sí, no deseches los hábitos que te permiten mantener la especialidad anterior: encuentra sinergias.
- En el momento en el que tengas más de una disciplina con cierto nivel de maestría empieza a «unir los puntos».
- Repite el proceso tantas veces como consideres óptimo. Porque recuerda…
Aprendiz de todo; maestro de nada. Refrán
Y tú, ¿tienes algún tema en particular sobre el que te gustaría que te aportara algo de luz? Házmelo saber en los comentarios.
¡No olvides compartirlo con aquellas personas a las que consideres que puede aportarle!
Soy Ray Havana, gracias por tu visita y que tomes excelentes decisiones.