Como veremos en numerosas ocasiones, la mayoría de las conductas que pretenden su éxito en el detrimento del otro están basadas en el ego. Si quieres tener una idea más clara de por qué el ego ha sido tan útil en el pasado y de cómo reciclarlo, no dejes pasar la oportunidad de ver el artículo dedicado al responsable de tus grandes debilidades.
El camino fácil trae una vida dura
No entendido esto, es razonable ver que haya gente que «quiera ser lista» sin hacer el trabajo que respalda semejante destreza.
Por supuesto que carezco de la información necesaria para saber cuándo surgió, pero es evidente que había una ventaja competitiva. Y es que, en algún momento, alguien debió darse cuenta de que era más fácil aparentar que ser —por lo menos en el corto plazo—. Con esa premisa, si eres capaz de convencer —tangar, engañar— al resto de que posees ciertas cualidades, vas a poder disfrutar de esas ventajas, aunque no las merezcas.
Hoy en día, aún puede verse en cientos de películas y de series. Ese personajillo que se hace pasar por un experto en algo y que trascurre la gran parte de la trama tratando de estar a la altura de su mentira. Resulta muy cómico y entretenido ver como el personaje las pasa «canutas» para que no le pillen. Eso sí, me temo que está basado en hechos reales.
El ser humano también es un animal
Por consiguiente, ni el ego es particular del ser humano, ni lo es el arte de engañar.
Hay infinitud de observaciones a animales en las que se ve como estos utilizan el engaño para ejecutar sus fines. Desde los, tan conocidos, pulpos o camaleones que buscan el mimetismo con el ambiente para ser invisibles, hasta los que se hacen los muertos para sobrevivir —la serpiente Heterodon nasicus— o los que fingen su muerte para atrapar a sus presas —zorros y coyotes.
Es decir, algo completamente legítimo porque estamos hablando de supervivencia al límite. Cuando lo que hay son pocas posibilidades, se podría decir: —todo vale.
Y eso ha sido válido durante toda la existencia del ser humano. Tener cualquier ventaja competitiva te ofrece la posibilidad de una existencia más privilegiada, sobretodo cuando el medio es muy competitivo y las posibilidades mínimas.
¿Pero qué está sucediendo ahora?
No estamos en una época de cambios, estamos en un cambio de época
Para tod@s el cambio es algo bastante abrumador y a nuestro pequeño o gran ego le asusta… mucho.
Por naturaleza, cualquier cambio rara vez ha significado algo positivo. De hecho, siempre hemos preferido evitar el fracaso a perseguir el éxito. Por lo tanto, cualquier cambio, nos haces sentir que todo lo que teníamos o sabíamos puede no volver a servirnos y que vamos a tener que reinventarnos total o parcialmente, con el consiguiente riesgo que ello conlleva: morir en el intento.
Pero este cambio de época, a diferencia de lo acontecido en la historia, está lleno de posibilidades. Hoy, más que nunca, puedes dedicar tu vida a aquello que realmente te apasiona y que, como nunca antes, te sirva de sustento e, incluso, te dé grandes beneficios.
Mi pregunta: ¿Vas a conseguirlo engañando o estafando?
Me temo que no. Especialmente en esta nueva época: la de la información global e inmediata.
Se acabó eso de engañar en un pueblo e irse al siguiente. A partir de ahora, cualquier cosa que hagas tiene una repercusión global, por lo que tu fama puede ser actualizada al instante.
Nunca antes ha tenido más fuerza el dicho:
Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo. Dicho popular
Y con el tiempo, el dicho:
Hablen bien o hablen mal de ti no importa. Lo importante es que hablen. Dicho popular
Sí que importará… De hecho, ya está empezando a pasar.
En cualquier caso, no tendría que servir esto como aviso para cambiar tu conducta, sino el hecho de darte cuenta de que no necesitas pelearte por una migaja de pan con el vecino, puesto que hay manjares esperándote si haces el esfuerzo necesario.
¿Quieres saber…?
Cómo esforzarte sin desistir
Para esto necesitarás dos ingredientes:
Si quieres ser capaz de hacer semejante esfuerzo, necesitarás un motor que no se detenga a la primera de cambio. Necesitarás algo que te haga persistir cuando la motivación se termine, cuando las fuerzas flaqueen o cuando la incertidumbre te inunde. Necesitarás tomarte tu tiempo para descubrir tu Propósito. Ese motor interior que te hará seguir «a pesar de…»
El otro ingrediente será caminar la vida como alumno. Entendiendo «desde ya» que siempre va a haber alguien que haga algo, que quieres aprender o pulir, mejor que tú. Y reciclando tu ego, será la forma más sinérgica para conseguirlo.
Aún te diré más, no sólo puedes aprender de otra persona con más destreza que tú en algo. Puedes hacerlo hasta de esa persona que sientes que superas «en todo», porque no es cierto.
Y aún iré más lejos, puedes aprender de cualquier ser. Aunque el resto de seres vivos son considerados «inferiores», esta afirmación es completamente errónea puesto que se dan por supuesto muchas premisas.
¿Acaso el ser humano es el más rápido corriendo o nadando? ¿Acaso vuela o regenera todas sus partes o es el más fuerte?
La respuesta, claramente, es no.
Y afirmarás: —Pero hemos construido medios para poder hacerlo: barcos, submarinos, aviones, coches…
Cierto. Y en muchos casos nos hemos inspirado en otros animales para entender cómo lo hacen y poder emularlos. Y, créeme, nos queda más por aprender de lo que hemos aprendido.
Así que, al final, de todo se puede aprender. Y deberías hacerlo. Hasta de esas cosas que crees que no te aportan nada.
De hecho, para concluir, te contaré una breve anécdota:
¿Sabes cómo descubrí la…
Persistencia Ganadora
Desde mi niñez, siempre me había caracterizado por no acabar la mayoría de las cosas que empezada. Ya fuera por vaguería, cansancio, falta de motivación… El caso es que dejaba más cosas a mitad de las que empezaba. ¿No muy prometedor, verdad?
Sin embargo, no fue hasta hace unos pocos años, que la vida me sorprendió con algo tan sutil como revelador.
Sería cosa de 2011. Recuerdo que fui a visitar a uno de mis amigos y, por aquel entonces, todavía vecino: Sergio. Casualmente estaba bastante emocionado porque su pareja le acababa de regalar un hamster. A Sergio no le había dado tiempo, siquiera de comprarle una jaula. Aunque cabe añadir que Sergio es una persona muy especial y no le apetecía la idea de encerrar al roedor. Así que, a base de libros, cajas y objetos varios, le montó un habitáculo grande y confortable donde el «pequeñín» pudiese jugar y sentirse a sus anchas.
No sé si habéis visto alguna vez a un hamster en una jaula. Yo no es que los haya visto todos, pero por lo general dan vueltas a la rueda y son bastante activos aunque no me da la sensación de que estén continuamente buscando escaparse —quizá me equivoco.
En cualquier caso, parecía que éste sí sabía que se podía escapar y era muy entretenido verlo tratando de buscar la salida por todos lados: mordiendo, trepando e incluso saltando.
Tal era su ímpetu, que por muy difícil que Sergio tratara de ponérselo al roedor, tarde o temprano éste conseguía escaparse. De hecho, cada vez que reconfiguraba el habitáculo, ambos estábamos de acuerdo en que no podría escaparse y siempre nos equivocábamos. Hasta el punto en que aceptamos que no habría forma de evitar su huida, sólo posponerla.
¿Tienes tú alguna anécdota similar? Compártela con tod@s.
Soy Ray Havana, gracias por tu visita y que tomes excelentes decisiones.
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